*
Letter to Jane, gran sitio.
* La
leyenda sigue intacta.
* Unos cuantos
plagios literarios.
* Otro independiente
muerde el polvo.
*
Daniel Mella abrió blog.
* Quintín vs. Mariano Llinás:
salvaje.
*
Simulacro de Bicentenario.
* La crueldad es
necesaria.
*
100 canciones de los 80.
* ¿No habían descubierto ya
esto?
* Un poco de
Stones contra tanto beatle.
Leí cuatro veces la polémica entre Quintín y Llinás. Y se trata de agresiones y alusiones personales. Ninguno de los dos ( que nadie niega que son tipos lúcidos ), analiza la película de marras, ni pone ejemplos que respalden su reprobación uno y su aprobación otro. Se vá Quintín por las ramas y sale a hablar de Lisandro Alonso que nada tiene que ver con la película Los Salvajes y Llinás contesta hablando de la personalidad de Quintín, sin un sólo párrafo de fundamento favorable al film. Lamentable.
ResponderEliminarResulta paradójico que una mujer de ochenta y tres años y luego de muerta, sea la que ilumine el descubrimiento anatómico exacto del punto G.
ResponderEliminarPoco glorioso, poco excitante. Parece que seguiremos sin saber demasiado ( cada mujer lo tiene en distinto lugar ), será cuestión de seguir investigando. Atención sexólogos, ginecólogos y estudiosos de vulvas y vaginas, hay todavía un campo fértil. Perseveren.
Mareados, apabullados, angustiados por encontrar lo que valga hoy la pena en materia cultural. Las leyendas aglutinan y acaparan la atención de todos. Ancianos decrépitos, que son sombras de lo que fueron. Cuando mueran ya no serán funcionales al mercado. O mejor, cambian a la categoría de mitos y se comercializa la memorabilia. Como a nadie le importa, dale con los íconos, que es la segura y evitaremos la molestia de pensar y buscar. Todos somos hijos de las leyendas. Así que me voy a escuchar a Mozart, no me defraudará.
ResponderEliminarEs lo que tiene la Historia. Cambia el pasado. Lo adapta a la mirada del presente. Realmente seguiremos sin saber el origen de la nacionalidad, de la independencia, si Arigas es Guarnerio o Esmoris. Si somos orientales o uruguayos. Si son doscientos o cien años. Si son treita y tres o tres millones contados en cuatro meses. Bueno, no importa demasiado.
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