domingo, septiembre 25, 2011

Ceremonia del adiós

El escritor español Agustín Fernández Mallo cuenta en su blog que ha cumplido con el mismo ritual de desprendimiento que experimentamos tiempo atrás (acá y acá). El motivo aparente es, siempre, ganar espacio, pero lo que otorga al acto una fuerte connotación simbólica, casi de cambio de piel, es que estamos definitivamente en otra era, en otro siglo. A diferencia de nosotros -que tiramos o regalamos todos los CD y VHS sin mayor trámite-, Fernández Mallo, tal vez por aprensión o autoindulgencia, ha orquestado una ceremonia del adiós:
Harto de no tener sitio para libros ni para nada, ayer por la tarde me dediqué a revisar mis cintas de vídeo VHS. De un total aproximado de 400 (ya había hecho una criba el año pasado, contaba con casi 1000) , me quedé con 63. Muchas son originales, otras grabaciones de emisiones de TV. Desprenderse de tanta magnetización, arrastrada de mudanza en mudanza, fue más fácil de lo que había imaginado. Lo cierto que es muchas las tengo en DVD y, lo que es más importante, el reproductor de vídeo funciona, sí, pero muy mal. Además, para verlas tan defectuosamente, ya las veo en Youtube, que están casi todas y es más cómodo. No obstante, antes de tirarlas, hice una operación quirúrgica: puse una cámara ante la pantalla del televisor y grabé 10 segundos de cada una, 10 segundos al azar; hacía avanzar la película, y donde cayera. Supongo que algún día montaré esos 4000 segundos de mi –nuestro- pasado magnético.

Me quedé con:

El salario del miedo, No amarás, L´atalante, La escalera de caracol, Los Lobos de Washington, Las vírgenes suicidas, Ghost dog, El último tango en París, El pájaro de la felicidad, La mirada de Ulises, La cabina (mediometraje), Julio Cortazar, Sabotaje, Stromboli, La pistola de mi hermano, El ángel exterminador, Doce hombres sin piedad, Los idiotas, Octavio Paz, La muerte de un viajante, Jorge Luis Borges, El sol del membrillo, Hana-bi, Mamá cumple 100 años, Quién teme a Virginia Wolf, El bosque del lobo, Un instante en la vida ajena, Rebecca, A pleno sol, Días de vino y rosas, El vientre de un arquitecto, Carlos Barral, Juan Rulfo, El exorcista, Dies irae, El perro andaluz/Simón del desierto, La caja china, Pi, Caniche, Las vacaciones del Sr. Hulot, American cuisine, El desencanto, Woman under influence, Vivir su vida, La seducción del caos, Faces, Solaris, Ana y los lobos, Callejón sin salida, El espía que surgió del frío, La apasionante vida sexual de los belgas, The killing of a chinese bookie, Celebración, La muerte de un viajante, The pilow book, Amarcord, Hanna y sus hermanas, Manhattan, Anie Hall, Zelig, La comedia sexual de una noche de verano, Los comulgantes, Marguerite Duras, Stalker

Me he preguntado porqué salve a éstas de la quema y no a otras.

Ni idea.

Hay una esencia caprichosa, una arbitrariedad consustancial a la decisión de quién debe y no debe morir. Afecta a todos los órdenes, espacios, temas, objetos, ámbitos y tiempos.

De pronto, eso no lo entendí, y me dio miedo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario