sábado, diciembre 17, 2011

Los impunes


El suplemento "El Empresario", de El País, publica un ilustrativo informe sobre el crecimiento en las ventas de los shopping centers montevideanos, en particular de electrodomésticos y prendas deportivas. Al parecer, "el desempeño de Uruguay en el fútbol internacional influyó positivamente" en la demanda de canguritos y camisetas. Bravo. Otra demostración flagrante de las relaciones carnales entre el deporte y el capitalismo rampante.

Pero el punto alto del artículo reside en las declaraciones de Andy Stalman, de la consultora Cato Partners España, quien "llegó a Montevideo para exponer (...) sobre tendencias en marcas, la vinculación entre éstas y el ser humano y la mediación de la tecnología".

Un verdadero as en el arte de vender el alma, Stalman debe haber cobrado una valija de dólares para vomitar reflexiones de este tipo: "En un centro comercial más que expertos en arquitectura, necesitamos expertos en psicología, antropología y sociología para entender al ser humano. Hay que buscar un equilibrio entre generar tráfico y dar buen servicio".

El sector más escalofriante del informe, sin embargo, descansa en la explicación de algo llamado "branding sensorial", al que uno imagina como la definitiva claudicación de los pocos vestigios de dignidad que le van quedando al individuo o, en otros términos, como el summun de la entrega del orto. 

El bueno de Stalman exhortó "a todas las marcas a comenzar a poner en funcionamiento estrategias de branding sensorial -construcción de marca desde lo experiencial, utilizando todos los sentidos- para crear fans en vez de clientes. Según Stalman, esto se logra llegando al corazón del consumidor y no a su cabeza, para poder generar un compromiso en vez de un comportamiento".

Seguro que cuando todo esto explote -como ya explotó antes, como está explotando ahora en otras partes- los Stalman de la vida venderán otro discurso, porque sus verdaderos talentos no están en balbucear estas pelotudeces sino en darse vuelta como una media y en zafar de la cárcel.

1 comentario:

  1. por suerte andy nos indica que trata con seres humanos, un gran observador. nada como el galleguismo publicitario.

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