* Fotos de un
año feroz.
* El
collage de la depredación humana.
*
Personajes literarios según el identikit policial.
* A contracorriente de la
historia, como siempre.
* Il vero
morto che parla. Nuovi ori.
* Un nuevo
final. Y van...
* Escribe el hombre detrás de la
máscara.
*
Criticar al crítico, deporte saludable.
* Queríamos tanto a
Bruce Lee.
* Sobre la
debilidad digital.
* Nada como la
mafia para aprender de negocios.
* La
vagina como tendencia editorial.
* Un Van Gogh
interactivo.
* Se abre el arca de
Pessoa.
Me gustó la máxima empresarial del ex mafioso Ferrante: "El Banco de los favores cobra los mayores intereses". Sin ser mafiosa, aseguro que es cierto.
ResponderEliminarEs que lo que nos recuerda el artículo, Lajack, es que vivimos inmersos en códigos mafiosos más de lo que nos gustaría admitir. ¿No haya usted?
ResponderEliminaryo ya ni hayo ni hallo ni hollo. Sólo hoyo.
ResponderEliminarPero es tal cual, Peter: esperas interminables,lealtades rotas, besos de muerte, impuestos varios, "accidentes", y siga sumando.
Ah, y me da cosita que la máquina me pida que "demuestre que no soy un robot" cada vez que pongo un comentario. Siempre pienso que me voy a equivocar y entonces me pondrán el aviso: quod erat demonstrandum.
ResponderEliminarUy, la frase quedó inconclusa. Era así: No haya usted caído en la creencia de... Bah, mentira. ¿Quién le pide demostración de que no es un robot? Lo que faltaba. Que para comentar a uno le pidan el ADN. Ya no se puede ser un robot tranquilo, mierda. ¿No alla usted?
ResponderEliminarYo pienso en la vagina. El enano Lacan tenía la gran tela detrás de su escritorio, por si alguien lo mandaba a la c. de su madre, el tipo se daba vuelta. Un dedo en la vagina hace maravillas, sobre todo si no es el dedo de la propietaria de ese agujero mal oliente. El siglo XX fue todo del pene, el XXI será vagina y todos iremos a parar allí. Bah, a volver allí.
ResponderEliminarTengo dos puntualizaciones: la primera lamentar que algunas personas sólo conozcan vaginas malolientes. Hay de las otras. La segunda ratificar que en efecto un dedo en la vagina hace maravillas, a veces incluso si no es el dedo de su "propietaria".
ResponderEliminarSe la canto, Anónimo: ni pene ni vagina. El futuro es un dildo, también conocido como vibrador.
ResponderEliminarPeter, cariño: no todos los dildos vibran.
ResponderEliminarLo antedicho. El siglo XXI es vagina, seguramente los dildos fueron inventados pensando en ellas. Supongo que el uso anal dará como resultado el doble dildo en ellas y la añoranza de vagina en ellos. En fin, el futuro es un tema complejo. Ya nadie se acuerda del viejo merquero ( Sigmund ), la envidia del pene, por Dios.
ResponderEliminarAh! lajack, la desodorización de ese hoyo es por suerte imposible. Maloliente es el futuro, como siempre serán las vaginas.
Ah! Anónimo, hasta sus elogios son de temer.
ResponderEliminarProblemas técnicos, derivados de un sonado apagón, nos han impedido intervenir en tan alto duelo dialéctico. Un par de apreciaciones antes de volver a llamarnos a silencio: Lajack, tiene razón, algunos saltan. Anónimo: discrepamos con un juicio olfativo tan absoluto. Saludos y viva la pepa.
ResponderEliminarAy, qué horrible, Lajack! Me vuelvo a la helada Irlanda donde los olores se disimulan un poco mejor...
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