domingo, marzo 18, 2012

Comfortably numb

Entre las impresiones que tira Diego Lerer en su blog sobre el show de Roger Waters en Buenos Aires se encuentra la siguiente:
–Las imágenes en video con textura cinematográfica son impresionantes. Te dan ganas de ver eso antes que el escenario, pero no por el tamaño sino por su calidad fílmica. Waters y los músicos se ven feos al lado de cómo se ven en el video. Me gustan las tomas de atrás del escenario, con el público. Funcionan circularmente, como eco, deberían completar la experiencia. El problema es que no parece haber experiencia alguna: es un espectáculo implacable que exige rendición incondicional del espectador, no participación.

–Bueno, pero, después de todo, ¿no es eso de lo que trata THE WALL?
¿Vio, Silencio? Justo de lo que hablábamos... Y bien: ¿qué hacemos con un show fascista?

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