miércoles, marzo 28, 2012

Zarandajas

Cuatro momentos de un artículo sobre "Las falacias de los defensores de la Propiedad Intelectual":
  • Empecemos por el principio: ¿es violar la propiedad intelectual robar como roba un pirata? No. Esto es muy obvio una vez que se piensa un poco. Los economistas solemos distinguir entre los bienes rivales y los bienes no rivales. La diferencia se fundamenta en si el uso del bien por un agente económico impide a otro agente usarlo al mismo tiempo: si la respuesta es que sí, es un bien rival, si la respuesta es no, no lo es. Pensemos en una camisa: si yo me pongo una camisa, a la misma vez usted, querido lector, no se la puede poner (al menos que queramos hacer una escena de película de los hermanos Marx). En comparación, si yo estoy utilizando el teorema fundamental del cálculo, no impido a nadie que también lo use. Los 7000 millones de seres humanos podemos estar empleándolo a la misma vez y no pasa nada. Por ello, cuando yo le quito una camisa a mi vecino, le impido que la pueda seguir empleando. Cuando yo le copio a mi vecino su libro de macroeconomía, no impido que él lo pueda seguir usando. Por tanto, el bien bajo propiedad intelectual no me lo estoy apropiando.
  • Nadie tiene “derecho” innato y natural a la propiedad intelectual (sí que creo que tiene derecho al reconocimiento de ser el autor, pero nada más). La propiedad intelectual es simplemente un mecanismo de la sociedad para solucionar un problema.
  • Dado que existen alternativas, la necesidad de reconfigurar nuestro sistema de propiedad intelectual es más importante que nunca. En un mundo digital los límites a la creatividad y a la experimentación, son tan difusos que, coartarla como intenta hacer buena parte de la industria con cosas como SOPA es una profunda equivocación. Vivimos en un momento en el que deberíamos de pecar de poca protección, no de protección excesiva.
  • Son los defensores del sistema actual los que están en minoría en el mundo académico. Se aferran a una concepción anticuada de la innovación y lo que es peor, ni saben historia económica ni entienden los problemas de incentivos existentes. Y encima aderezan esa ignorancia con “moralina” de serie americana barata: “que si esto es robar”, “que si es piratería”, blah, blah. Zarandajas.

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