lunes, junio 11, 2012

Huellas dactilares


Richard Stallman por dos: entrevista y, a continuación, carta encontrada acá:
El fundador del movimiento por el software libre en el mundo, el estadounidense Richard Stallman se va hoy, lunes, del país y tiene decidido no regresar debido al incremento de las medidas de seguridad, control y vigilancia en nuestro país. Aquí la carta que Stallman escribió para despedirse en la web Vía libre.org.ar 
Por Richard Stallman 
Es mi novena y última visita a Argentina. El próximo lunes, saldré del país y, sin un milagro, nunca lo veré más. 
Esta expectativa me pone triste, porque tengo muchos amigos en este país, compañeros en la lucha por el software libre y otros. He conocido varios placeres, como las chocolaterías de Bariloche, las montañas de Salta y su mar de nubes, Les Luthiers, los libros de Dolina, los asados, los tallarines finitos e infinitos, la Gran Pensión Libre y el puente de la estación de Coghlan. Hace pocos meses, anticipaba seguir volviendo a Argentina muchas veces más. 
Luego recibí con susto la noticia del Sistema SIBIOS, con el cual exigen las huellas dactilares de todos los que entran en el país. Al ver esa noticia, pensaba que nunca volvería a Argentina. Hay injusticias que debemos resistir aunque cueste. No doy mis huellas dactilares; sólo pueden sacarlas con fuerza. Si un país me las exige, no voy. 
Luego supe que, por el momento, SIBIOS sólo funciona en Buenos Aires. Reconocí que me ofrecía la oportunidad para una visita más, entrando por otra ciudad, y la aproveché. Así estoy aquí, pero la oportunidad no va a durar. 
La injusticia de exigir datos biométricos a los visitantes se originó, como tanto mal, en los Estados Unidos. Con vergüenza por mi país, recomiendo que todos los no estadounidenses rehusen visitarlo. Pero esto no justifica que otros países lo hagan. “No somos peores que los EEUU” no excusa nada. 
Hay mucha tendencia a la vigilancia en la Argentina actual. Por ejemplo, la tarjeta SUBE (como las parecidas en otras ciudades) registra todo uso de los transportes. 
En mis sueños, los argentinos eliminarían SIBIOS, y la vigilancia de SUBE. Si sucede, puedo volver a visitar este país en el que cuento con mucha amistad. Pero no tengo la fuerza de lanzar esta lucha. Les toca a los argentinos. 
Siendo ateo, no digo “adiós”. ¿Qué decir? 
Hasta el milagro, Argentina.

1 comentario:

  1. Bueno, creo que este hombre cae muy simpático. Pero es tan grande la utopía que pregona que me parece que vive fuera de este asqueroso universo.
    La sociedad de control, es señor, la que vivimos,( San Foucault y su panóptico ) y creo que si la regulación del comportamiento sexual, es decir del cuerpo, es la experiencia más básica de control social, Internet, por mejor software libre es una ilusión. No por eso hay que bajar los brazos. Pero recuerde que la coacción es la intención primera de la civilización.

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