jueves, julio 14, 2011

Celsius 232

De un ensayo de Ricardo Bada sobre la traducción de títulos de libros:

El periodista colombiano Guillermo Angulo escribió una vez acerca de “otro sabio catalán” —otro, porque el famoso en su país es el de Cien años de soledad— “perdido en las alturas de Bogotá, llamado Luis Vicens. […] Fue el primero en hablarme de Ray Bradbury. Yo le dije que no me entusiasmaba lo que en italiano se llama fantasciencia y él insistió diciendo que las Crónicas marcianas eran otra cosa, y que Borges las recomendaba. […] Y leí las Crónicas, me gustaron mucho, lo que me llevó a ver la película de Truffaut, Fahrenheit 451. […] Más tarde […] leí el libro, en uno de cuyos epígrafes el autor explica que esos grados son la temperatura a la que el papel hace llama. Yo creo que así como los buenos traductores convierten las millas en kilómetros, las yardas en metros y los pies y pulgadas en centímetros, el título en español del libro de Bradbury debería ser Celsius 232.

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