CAMILA GUTIÉRREZ | The Clinic
La mujer que está sentada con Román Chalbaud -cineasta, 79 años, convertido al chavismo- en un sillón de la Embajada de Venezuela se para y se va cuando empieza la entrevista. Pero antes dice algo -no se le entiende muy bien- sobre el derecho a réplica. Sobre que cada vez que ve a un periodista piensa en el derecho a réplica. Luego, dice, y esto si que se entiende:
-Cuídelo.
Unos minutos después, cuando la entrevista comienza, aparece otra mujer. Viene como si fuera a buscar algo. Pero se sienta al lado a mirar y a escuchar lo que se pregunta y lo que Román responde sobre Chávez, sobre Venezuela o sobre la Villa del Cine.
Y la Villa del Cine, si se puede parecer a algo, es como que -de pronto- el Fondo Audiovisual chileno se convirtiera en una productora y comprara un terreno de cuatro hectáreas afuera de Santiago y pusiera dos estudios de grabación y filmación, con sus propios camarógrafos, sus propios administradores, sus propios talleres de escenografía, y se convirtiera en la única productora de cine en Chile.
Algo así es. Una productora creada por Chávez que saca películas con títulos como “Libertador Morales, justiciero”, “Venezuela Petroleum Company” o “América tiene alma”, o que le encarga a Román Chalbaud una película sobre Cipriano de Castro.
-Se va a llamar La Planta Insolente. Porque Cipriano dio un discurso célebre: “la planta insolente del extranjero ha profanado el sagrado suelo de la patria”.
Y cinco potencias mundiales entraron al Puerto de Caracas. Querían invadir Venzuela. Cipriano lo impidió. Evidentemente, todo está manejado por Estados Unidos-, dice Román.
Y contra Estados Unidos -contra Hollywood- es que va la productora.
-La Villa del Cine es un proyecto que se necesitaba mucho para producir películas porque en Venezuela no hay productoras privadas ¿Me entiendes? Hubo un tiempo en que el público acudía en masa a ver nuestras películas. Y eso no le gustó a la Motion Picture. La Motion Picture llamó al Presidente de Venezuela de ese entonces -que era Carlos Andrés Pérez- y le dijo, primero, que era absurdo que Venezuela pretendiera hacer una ley de cine. Porque ellos son intervencionistas. Es una mentalidad imperialista. Entonces el Estado le hizo caso a la Motion Picture y dejó presupuesto para una sola película al año.
-La idea es promover los valores socialistas…
-La oposición, que hace ver cosas que no existen y que no son, empezó a decir que era propaganda del gobierno pero cuando tú ves las cosas que se han hecho, ves que hay películas policiales, que no tienen nada de político, o la historia de un travesti, que no tienen que ver con una cosa socialista. La oposición ya se cansó de decir que todas las películas son políticas. Yo tengo amigos de la oposición y me parece que está bien que sigamos tomando el té y comiendo spaguetti juntos, como gente civilizada que somos. No nos vamos a matar a tiros.
-Claro, pero una película disidente no va a tener lugar.
Román pone cara de lógico y tono de obvio: -¿Que una película vaya en contra de Chávez y sea producida por la Villa del Cine…?
-El problema es que no la puede producir nadie más.
-¿Por qué? A Estados Unidos tú vas y se la propones.
-Dentro de Venezuela, digo.
-Conchita Alonso quiere hacer una película contra Chávez. En Estados Unidos. No ha encontrado productor. Pero Estados Unidos si está metiendo cosas contra Venezuela y contra Chávez. En Transformer 3 se habla muy mal de Venezuela y ponen a los soldados como unos gorilas, como si fuera una dictadura.
El día en que cerraron el canal Radio Caracas Televisión, hace cuatro años, mientras varios reclamaban, Román estaba contento.
-Mi paso por Radio Caracas Televisión -y no sé por qué me lo preguntas, estás muy enterada, y se por dónde viene eso- tuvo cosas muy positivas, pero cuando nosotros tratábamos de mejorar la televisión nos lo impedían. “Eso no sube cerros. A la gente popular lo que le gusta es revolcarse en el barro”. Eso nos decían a nosotros. Así que me alegré profundamente. Me alegré profundamente. Y me encanta que te hayas enterado y que la oposición te haya hablado de todas esas cosas para que me las preguntaras, si y lo repito: me alegre profundamente. Porque ellos le han hecho un daño terrible a la cultura venezolana. Y al pueblo venezolano. Y no tienen perdón de Dios. Porque yo, como dijo Martí, yo viví en las entrañas del monstruo. Lo dijo Martí cuando vivió en Estados Unidos.
-¿Y que pensó cuando luego del cierre vinieron las manifestaciones de artistas e intelectuales?
-¿Qué intelectuales? ¿Qué artistas? Bueno, porque ganaban un sueldo y a ellos no les importa hacer esas novelas ridículas que enferman al pueblo.
-Usted no siempre fue chavista…
-No era chavista. Desconfiaba mucho. Porque uno se vuelve desconfiado al ver los horrores que hacen los seres humanos. Y yo, que soy muy confiado, vi en los gobiernos de Acción Democrática y Copei, cincuenta años de atraso para el pueblo. Pero no voté por Chávez y no hubiera votado por él. Recién cuando él empezó a hacer cosas y yo vi lo que estaba haciendo fue pensar: “Pero esto es lo que yo he pensado toda la vida. Así se debe gobernar”. Y es un peligro porque, como lo está haciendo bien, es un mal ejemplo para los imperialistas. Entonces la campaña mundial contra Chávez es una cosa terrorífica. Te enteras de que lo muestran como un monstruo, como alguien terrible, y yo lo respeto cada día mas
-¿Son amigos?
-Amigo de que salga con él y juegue pelota no. Amigo, si él me invita como Presidente, voy a hablar con él. Pero admiro profundamente lo que está haciendo
-¿Cómo ve su enfermedad?
-Terrible. Terrible. Pero él es un hombre de mucha energía. Pero el regreso fue sensacional. ¿Tú no viste las imágenes, no? No, porque eso no lo pasan. Pasan las cosas malas. O las que inventan malas. Las caras del pueblo. Los camarógrafos fueron geniales porque tomaron caras de mujeres, hombres, ancianos, niños y aquella esperanza es impresionante. Pero hay Chávez para rato.
-Justo hoy leía un ranking sobre las ciudades que se habían encarecido. Venezuela pasaba del lugar 100 al 51.
-Es que la oposición es muy hábil y tiene, todavía, mucho poder. Pero ellos esconden los alimentos. La oposición y los empresarios siguen teniendo poderes y siguen escondiendo alimentos. Lo esconden y no te lo venden para que tú digas: “No es que Chavez…”
-¿Y qué pasa con ese tema de los alimentos vencidos? (las 130 mil toneladas de alimentos vencidos que se encontraron el año pasado, pertenecientes a la empresa estatal PDVAL)
-Yo no sé. Sí. Lo leí en el periódico. Estás muy bien enterada de las cosas de la oposición. Necesitas reunirte conmigo para que te enteres de las cosas que salen en el gobierno.
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