jueves, enero 12, 2012

Bufón

Dos momentos de la entrevista a Dani Umpi en El País:
–¿No le teme al ridículo?
–Desde un primer momento mi intención fue crear un personaje, una entidad, un ícono. Hasta pienso en Dani Umpi como otra persona. Pero no es tan esquizoide como parece. Es mi creación. Ese Frankestein tiene varios elementos que sigo manteniendo y el principal es el del “freak”. Ponerse en el lugar del bufón te da mucho poder, porque nadie quiere estar ahí. Es lo opuesto al humorista que señala algo sobre lo que hay que reírse y te dice cómo. Reafirma el sistema siendo políticamente incorrecto. El “freak”, en cambio, es el señalado, el burlado. Metafísicamente permite la transmutación y siempre termina ganando porque simplemente “es” y no tiene por qué hacerse responsable de las proyecciones que el resto hace en él. Es un depósito de miedos, inseguridades, debilidades y prejuicios.

–¿Por eso cierra el disco con una interpretación a capella? ¿Es una respuesta a quienes lo critican?
– (Se ríe). No, no es ninguna respuesta a nadie. Simplemente me encanta mi voz aunque sea horrible. Nadie tiene mi voz.

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