JMS: Todas las películas son documentales. Cuando Godard rodó À bout de souffle, decía: es un documental sobre Belmondo y Jean Seberg.
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JMS: (…) Las películas de Tati son sucesiones de incidentes.
DH: Precisamente, lo más difícil de encontrar en el cine es lo que vemos en la calle continuamente: gestos torpes, gestos que se interrumpen.
JMS: El plano más bello de Déjeneur sur l’herbe de Renoir es cuando Paul Meurisse está en la cocina, cuando ha encontrado a Nénette; ella sale, va a buscar hilo, y cuando ha salido, Renoir se centra en Meurisse. Es evidente que Meurisse (no estaba previsto en el plan) en ese momento ve la muerte, lo sentimos muy bien. Parece 40 años mayor que su edad. Es el momento en el que toma la decisión de casarse con la chica. Es decir, de abandonarlo todo y rebelarse… eso se siente. Cualquier productor habría cortado eso. Renoir lo ha guardado.
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JMS: Creo que tenemos que hacer películas que no tengan ninguna significación, porque si no, hacemos porquerías: un filme, digamos uno que no he visto (pero mejor hablar mal de una película que no he visto, porque luego se vuelve más complicado), como por ejemplo Z, estoy convencido de que es un filme que significa algo, y por esa razón es una porquería, porque confirma a la gente sus clichés. Es necesario que una película destruya a cada minuto, a cada segundo lo que decía en el minuto anterior, creo, porque nos ahogamos en los clichés, porque es importante ayudar a la gente a destruirlos.
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JMS: (…) las películas que tienen un auténtico éxito internacional son las películas profundamente nacionales. ¿Por qué? Porque están en los países, en los otros países a los que van, donde no han nacido, son un documento sobre el país donde han nacido, para la gente de otros países… El cine no puede sino ser, sólo puede ser una cosa particular, una verdad particular. Y es sólo a partir de lo particular que puede llegarse a lo que se denomina lo general. Los que hacen lo contrario no hacen sino una sopa de ideas generales, ideas generales que no tienen raíces en la realidad, en ninguna realidad. Una película es la cosa más concreta que existe. Brecht decía que la verdad es siempre concreta, pero para el cine lo es más todavía, y concreta significa particular y por lo tanto también nacional en sus inicios. Pero ahora, el aspecto nacional del filme es un aspecto más general, un filme es todavía más particular que nacional.
En cuanto al “lenguaje”, no hay lenguaje, el lenguaje no existe, no creo en el lenguaje; sí, lenguaje como lengua hablada… podemos hacer películas mudas, sin palabras, pero estas también… éstas son más accesibles, más fácilmente, digamos, exportables.
DH: Depende, porque una película muda alemana, por ejemplo, vista por un chino…
JMS: No significa nada, es un documento sobre el planeta alemán, eso es todo. Puede interesarle al chino en tanto que documento sobre el planeta alemán. Ningún documento puede ser internacional. Si existe un documento que pretende ser internacional desde el principio, no es más que un documento, no es nada.
lunes, junio 06, 2011
Contra la significación
Momentos de una entrevista a Jean-Marie Straub y Danièle Huillet:
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