viernes, junio 24, 2011

La cocina del show

En La Diaria de hoy, Marcelo Jelen alude al deplorable manoseo que vienen haciendo los Grandes Payasos sobre el plebiscito popular:
Otra vez la dirigencia política uruguaya paya sobre los instrumentos de democracia directa. Y, como es habitual en estos casos, propone toquetear los engranajes equivocados. Las herramientas previstas en la Constitución son insuficientes y funcionan mal. No importa: habrá que inventar otras peores y sin sentido, porque se vienen inversiones mineras y hay que hacer funcionar los trenes.
Y, la verdad, esta farsa no tiene ninguna gracia.

3 comentarios:

  1. A ver si entendí: me van a OBLIGAR a votar y después van a tomar el resultado como un dato a consultar nomás?....jeje. Si esto no es poner el culo para que te lo rompan no sé qué es....

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  2. Creo que es peor, Lajack: nos van a obligar a votar cuando ya está la decisión tomada. ¿Se acuerda, hace poquito, el bochorno de la votación del BPS? Bueno, así de pintoresco.

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  3. Comentario bajo protesta (1).

    Si bien los reférendum pueden ser facultativos o consultivos (en Europa cuando la aprobación de la Constitución Europea se llevaron a cabo referéndum consultivos que no obligaban a los poderes legislativos a aceptar el resultado, mas allá del costo político que significa contrariar el resultado). En el caso uruguayo es otra manifestación de la vergonzante falta de responsabilidad de los gobernantes. Se trata de una caracterítica de este pueblo tan proclive a no tomar ¨el toro por las guampas¨, a siempre esperar que otro ( el azar, un chivo espiatorio, un consenso ridículo) saque las castañas del fuego y se termine avalando una resolución que o bien ya está arreglada dejando a casi todos conformes o lisa y llana se concrete la repartija. Lamentable. Pero trasciende a los gobernantes y nos toca vivirlo a diario en los gestos del ¨ser uruguayo¨.

    (1) Comentario bajo protesta, porque la política uruguaya me parece una pérdida de tiempo en un blog cultural, me niego a considerar a los periodistas políticos en ámbitos de las artes, de la reflexión, no cabe la genuflexión con el poder, la postura que todo es político partidario o que la vida de los seres humanos con dignidad pueda pasar por analizar a burócratas y funcionarios que defraudan con su mediocridad las espectativas de la gente. Creo que el periodismo político es un oficio canallesco. Navega en aguas, entre Maquiavelo y Rousseau. Por eso no me gusta comentar política, me parece previsible y por tanto cobardemente aburrida. Con permiso y respeto en casa ajena. Gracias.

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