jueves, junio 16, 2011

El espectador histérico

PATRICIA SUÁREZ | Ñ

Hay quien divide la historia de la humanidad en antes y después de Cristo. Otros, en cambio, en pre freudiana y pos freudiana. Pero se podría ir más lejos y aventurar que es la carta que Freud escribió a Fliess el 21 de septiembre de 1897 la que guiñó un ojo a la ficción. Por supuesto, Freud no escribió para desearle feliz primavera a Fliess, sino que en esta carta fichada como la número 69 de su correspondencia –número erótico, si los hay– le comenta, a medio camino entre la resignación y la paciencia: “Las histéricas me mienten”. No se lo dice con este lenguaje, pero así es como trascendió a la popularidad. Lo que Freud apunta, parafraseándolo, es más o menos lo siguiente: no puede ser que a todas les haya pasado algo traumático de índole sexual en la infancia ¡o este mundo está lleno de pervertidos o estamos hablando de fantasías sexuales que cobran una gran importancia! Ellas le cuentan algo que no es real pero que tiene un peso fundamental para sus vidas, que es más o menos, el lugar que ocupa el arte para el espectador. Fue Anna O., primera paciente y fundadora del psicoanálisis por así decir, la que le propuso a Freud la talking cure. El “Déjeme hablar” instauró un método de escucha activa. Nadie volvió a ser el mismo desde aquel entonces. En En terapia , la serie que hace tres años puso HBO en la pantalla, el espectador se hace eco del método y escucha activamente a los pacientes del Dr. Paul Weston. Sesiones de treinta minutos sostenidas exclusivamente por el diálogo –un diálogo que emula la tensión teatral y que enseña a quien quiera aprenderlo que acción no es levantarse del sofá con un arma cargada y matar al protagonista, sino decir– que volvió al espectador un adicto a escuchar el inconsciente de los demás.

(Sigue acá)

No hay comentarios:

Publicar un comentario