miércoles, junio 01, 2011

Simplemente sangre

Por Dennis McLellan | Los Angeles Times

Cuando en 1970 se estrenó la primera película de Leonard Kastle como director y guionista, Los asesinos de la luna de miel (The Honeymoon Killers), los críticos se deshicieron en elogios sobre ese lúgubre drama realista, de bajo presupuesto y en blanco y negro sobre un hampón de los bajos fondos y su gorda amante, una enfermera, cuya participación en el engaño de mujeres solas termina en asesinato. François Truffaut la llamó su “película americana favorita”. Michelangelo Antonioni la consideraba “una de las películas más puras que he visto”.

Kastle, cuya primera película estaba destinada a ser también la última, murió pasado el 18 de mayo en Westerlo, Nueva York, después de una breve enfermedad, informó Tina Sisson, una amiga. Tenía 82 años. Era considerado uno de los directores de una sola película más misteriosos de Estados Unidos. Ni él ni el productor Warren Steibel tenían experiencia fílmica cuando emprendieron el rodaje de Los asesinos de la luna de miel, que se convirtió en un filme de culto en Estados Unidos y Europa.

Kastle era compositor de óperas que se transmitían por televisión, y Steibel productor de la serie de televisión Firing Line. Pero después de que un amigo adinerado de Steibel accediera a invertir 150 mil dólares para financiar una película de bajo presupuesto, Steibel le pidió a su amigo Kastle que escribiera el guión. Los asesinos de la luna de miel estaba basada en la historia verídica de Martha Beck y Raymond Fernández, llamados los “Lonely Hearts Killers”, que fueron ejecutados en la cárcel de Sing Sing, Nueva York, en 1951.

La película se rodó en locación en Albany (Nueva York) y alrededores en ocho semanas, con Shirley Stoler y Tony Lo Bianco como Beck y Fernández. El director original de la película era Martin Scorsese, pero su ritmo de trabajo era demasiado lento y pronto fue despedido. Donald Volkman se hizo cargo del proyecto durante un tiempo, hasta que Kastle asumió como director.

Al igual que Steibel, Kastle veía la película como un contraste crudamente realista de Bonnie y Clyde, con Warren Beatty y Faye Dunaway. “Esa película me indignó”, dijo Kastle en una entrevista. “No quería mostrar imágenes bonitas de gente bonita”. En una reseña de 1970, el crítico de cine de Time escribió que Los asesinos de la luna de miel “es el tipo de película que recupera la fe en las posibilidades del cine comercial norteamericano”.

“Esta extraordinaria y pequeña película”, escribió Thomas, “pertenece a esa larga y ahora prácticamente extinta línea de películas B que analizan el lado oscuro del american way of life, con una percepción y una honestidad que normalmente están ausentes en nuestras caras y escapistas producciones”. En su reseña en el New York Times, Roger Greenspun describió a Kastle como “la verdadera estrella de la película”, afirmando que su dirección lo colocaba “entre los más importantes artistas de este medio”.

Entonces Kastle desapareció del mundo del cine, hasta que dos décadas más tarde Todd McCarthy, del Daily Variety, dijo a los lectores que Kastle era uno de los directores sobre los que la gente preguntaba más a menudo. “Nadie desapareció tan rápida y misteriosamente como Kastle”, escribió McCarthy cuando se reestrenó Los asesinos de la luna de miel en 1992. Después del rodaje de la película, Kastle había vuelto a componer y más tarde se dedicó a la docencia.

Escribió varios guiones y trató durante décadas de hacer The Wedding at Cana, una historia sobre la corrupción y el crimen organizado en la iglesia católica en los años setenta. Estuvo cerca de lograrlo en 2001, pero el financiamiento no se logró. “Estuvimos muchas veces a punto de hacerla”, dijo Kastle en una entrevista con el Albany Times-Union en 2001. “Me sentía como Sísifo, subiendo la roca por la ladera”. Pero, como señaló irónicamente, al menos pudo decir: “Después de Los asesinos de la luna de miel nunca hice una película mala”.

Hijo de inmigrantes rusos, había nacido en Nueva York el 11 de febrero de 1929, y creció en Mount Vernon, Nueva, York. Niño prodigio, empezó su educación musical en la Juilliard School en 1938. Después de estudiar piano y composición en la Mannes Music School en Manhattan, se matriculó en el Curtis Institute of Music en Filadelfia en 1950. Al principio de su carrera trabajó como director asistente de música y conductor de NBC Television Opera Theater de 1955 a 1959, periodo durante el cual dirigió su ópera de un acto, The Swing. NBC también emitió su ópera de tres actos Desert en 1961.

Las otras óperas de Kastle son The Pariahs, The Passion of Mother Ann: A Sacred Festival Play (una trilogía) y una ópera infantil de un acto, Professor Lookalike and the Children. Kastle, que también escribió piezas para orquesta y canciones, enseñó composición y otros cursos en la Universidad de Albany de 1978 a 1989. Lo sobrevive su hermana Norma Merker, de San Francisco.

Traducción de mQh

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