Se quejaba Frank Zappa del empeño de algunos por hablar de música. “¿Acaso se puede bailar de arquitectura?”, decía. Álex de
Y eso es Balada...: una historia histriónica, exagerada y febril de celos, traición y venganza. Y de payasos. “En la vida o eres el payaso triste o eres el payaso tonto. No hay más”. “Al fin y al cabo”, añade, “la condición propia del ser humano es la de payaso. No somos ni el rey Lear ni Hamlet ni ningún otro de los personajes de Shakespeare... Somos simples payasos”. Y en ésa estamos.
De paso, la película quiere resumir no sólo nuestra condición de seres humanos, sino la de españoles. “España es un lugar donde se viven las cosas con una intensidad histriónica. Vivimos en un sitio donde es imposible el diálogo porque todo el mundo se siente obligado a opinar desde el sitio que ha heredado; desde un pasado que no es ni siquiera su pasado”. Y reta al auditorio: “Que alguien ponga un ejemplo de sensatez”. Silencio. Atroz y cómico silencio. Su cinta, de hecho, cuenta la historia de un payaso entregado a vengarse de algo de lo que no es responsable. Payaso contra payaso. Más o menos.
Si se quiere, el director de El día de la bestia no ha hecho otra cosa que volver a su más genuina fuente de inspiración. Su punto de partida: la rabia. Todo en ella es exagerado y voraz. La película premiada en Venecia (mejor director y guión) se antoja la más personal y militantemente “alexiana” (feo palabro) de cuantas pueblan su filmografía. En ella se convocan y concentran todas sus obsesiones. Todas ellas, masticadas, digeridas, y, finalmente, vomitadas sobre la cara del espectador. ¡Argg! De
Por la pantalla desfila, en una marea liberadora, la mitología completa de un señor de Bilbao. Desde la maña para reconvertir la cultura pop en una pulpa ácida y corrosiva, a su habilidad para reconvertir el cine de género en puro sainete. Todo es Álex. Todo está ahí. Como allí están sus Payasos en la lavadora (la novela que escribió y reescribió tiempo atrás), su afición por rodar en las alturas (esta vez desde el punto más alto de el Valle de los caídos) y, por supuesto, la fiebre.
¿Qué es la película de Álex? Un extraño artefacto entre Berlanga, Browning y, ya puestos, Zappa. Inclasificable, radical y feroz. ¡So payaso!
-Luis Martínez, El Mundo
No hay comentarios:
Publicar un comentario