por Michael Moorcock
Michael Moorcock es un provocador. Desde la revista New Worlds hostigó al conservador universo de la ciencia ficción, albergando en sus páginas la vanguardia del género. Su ficción también, en distintos niveles, rompió con las reglas de los géneros que abordó. Y esa actitud, la provocación, no está ausente en esta breve lista de las mejores novelas de ciencia ficción.
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Creo que, más allá de Wells, Ballard y Aldiss, debe haber sólo unas diez novelas de ciencia ficción que me gustaron. La mayor parte de la ciencia ficción es fundamentalmente retrospectiva, como la política moderna. Las grandes naves espaciales tienen un inmediato efecto soporífero (¡la primera vez que me quedé dormido en 2001 estaba junto al amable Arthur C. Clarke!). De manera que, si no se ha leído nada de ciencia ficción, esta lista podría ser útil. Pocos de estos libros mencionan naves espaciales, pero todos son de escritores sustanciales y la mayoría tiene el característico tono elegíaco heredado de Shelley y Wells.
1. Barbagrís, de Brian W. Aldiss
P. D. James empleó un argumento similar pero lo corrompió con mala prosa y pobre especulación. Temprano prodigio ecológico, Aldiss nos ofrece un mundo destruido por el consumismo. Se trata de la parábola original de ‘Viejos Gruñones en un Mundo sin Niños’. Humana, inteligente, lírica, es por lejos la mejor.
2. El mundo sumergido, de J. G. Ballard
¡Una visión de comienzos de los ’60 del calentamiento global! Ballard es el más humanista entre los escritores que mejor predijeron el futuro. Esta novela me demostró por primera vez que Ballard era algo más que un gran escritor de cuentos de cf al estilo de Bradbury. Ballard, como Aldiss y como yo mismo, creció en un mundo esencialmente postmoderno, y encontró en la ciencia ficción una forma de describir esa experiencia. Otra Tierra elegíaca regresada al útero. Al fin solos.
3. The knights of the limits, de Barrington Bayley
Bayley, junto a Ballard y a mí, fue uno de los conspiradores originales que se encontraban un par de veces a la semana para hablar sobre la revista New Worlds, nuestra tribuna para lo que llegó a ser el ‘postmodernismo’. Un escritor intelectual muy fino. Aquí, Bayley es más incisivo y sustancial que Borges.
4. 334, de Thomas M. Disch
Campo de concentración es el otro Disch que recomendaría, pero 334 tiene personajes más ricos y más humanidad. 2021. Todos los personajes viven en el 334 E de la 11th, Nueva York. Mayormente jóvenes, muy atractivos, los intensos personajes tratan con problemas que todos nuestros hijos tendrán que enfrentar. Un material maravilloso.
5. El hombre hembra, de Joanna Russ
Russ es una de las primeras y mejores escritoras feministas duras que encontraron en la ciencia ficción un buen medio para tratar sus intereses. Más ingeniosa y cruda que Ursula LeGuin, más enojada que Octavia Butler, la novela es una mirada enérgica a la condición femenina.
6. Las estrellas mi destino, de Alfred Bester
Tiene también un toque de space opera, pero barroco más que tecno. Esta Tierra manejada por corporaciones fue descrita en 1955. Gobiernan las familias Nestlé, Heinz e IBM. Política bizantina en el futuro. Uno se enamora de los personajes. La leí en un día lluvioso en París en el viejo Mistral, en 1957, y me hizo pensar que la ciencia ficción podía valer la pena. La cita de apertura es de Dickens, gran parte del argumento es Dumas jacobino. Venganza, redención, análisis social en el contexto del macartismo. La mejor ciencia ficción norteamericana es de los izquierdistas en medio de la locura de los ’50.
7. El hombre en el castillo, de Philip K. Dick
Al considerar la locura de los ’50 y ’60 en los Estados Unidos, cuando los presidentes estaban preparados para arriesgarse a destruir el mundo para lograr una reelección, Dick se pregunta si hubiese sido diferente si los alemanes y japoneses hubieran conquistado América.
8. Mercaderes del espacio, de Frederik Pohl y C. M. Kornbluth
Judith Merrill revela en sus memorias recientemente publicadas que la mayoría de los escritores de ciencia ficción neoyorquinos de los ’40 y ’50 estaban divididos entre troskos y stalinistas. La mejor ciencia ficción norteamericana tiene sus raíces en esos orígenes ardientes. El consumismo trasladado a los planetas, a lo Star Wars. Hay, amigos, una tradición izquierdista norteamericana...
9. Roderick at Random, de John Sladek
Sladek fue el más sutil e inteligente de los humoristas de la ciencia ficción. Como Bayley, escribió profundamente sobre los problemas que podría encontrar la inteligencia artificial. Él, también, se adelantó a su tiempo en la comprensión de la naturaleza de la bestia corporativa. Murió recientemente y la mayor parte de su obra es reeditada en inglés con demora.
10. The Exploits of Engelbrecht, de Maurice Richardson
Aunque no es realmente ciencia ficción, despertó tanto entusiasmo en mí, en Ballard y en otros, que merece su inclusión aquí. Richardson, por cierto, sabía de ciencia, de literatura y de surrealismo. Si uno no conoce el Club de Deportes Surrealistas o El Día que jugamos Marte (ilustrado por Searle, Hoffnung y Boswell en una edición extraordinaria) no sabe de literatura inglesa.
© 2003 del autor
Traducido por Luis Pestarini, Cuasar