domingo, noviembre 28, 2010

Corromper el mundo

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No hace mucha falta presentar a Jean Genet, la gran bestia de la literatura del siglo XX. Brutal, caótico, lleno de talento y resentimiento, lúcido, decantado siempre hacia el error y el horror... En el centenario del escritor francés, la editorial RBA publica la casi autobiográfica Diario de un ladrón, y Errata Naturae reedita su novela Milagro de la rosa y publica, por primera vez en castellano, El enemigo declarado, una recopilación de artículos y entrevistas de Genet. En ellas, el autor hace eso, precisamente: presentarse. Por ejemplo:


Pantera negra

“Dos miembros del Partido de los Panteras Negras vinieron a verme a París y me preguntaron qué podría hacer para ayudarles. Creo que lo que ellos tenían pensado es que les ayudase desde París, pero les dije: ‘Lo más sencillo es ir a América’. Me pareció que mi respuesta les sorprendía un poco. Me dijeron: ‘Entonces venga. ¿Cuándo quiere venir?’, Dije: ‘Mañana’. Quedaron todavía más extrañados, pero al instante siguiente reaccionaron: ‘Muy bien, alguien irá a recogerle’. De esa manera me fui. Sin visa, por cierto”

“Siendo sincero, debo decir que, en un principio, lo que me conmovió [de los Panteras Negras] no fue su preocupación por cambiar el mundo. Claro está que eso no llegará y no me es indiferente, pero lo que me hizo sentir cercano a ellos de inmediato fue el odio que profesan por el mundo blanco, su empeño por destruir una sociedad, romperla. Empeño que fue el mío desde muy joven, aunque no pidiera cambiar el mundo yo solo. Sólo podía pervertirlo, corromperlo un poco”.

[Entrevista con Michèle Manceaux, 10 de mayo de 1970]


Hitler

“¿Qué significa esta fascinación por las bestias, los asesinos, Hitler? En términos más directos, más simples, también, le recuerdo que no tengo ni padre ni madre, que fui educado por servicios de la Asistencia pública, que de muy joven supe que no era francés, que no pertenecía al pueblo. Lo supe de una forma muy tonta, muy idiota: el maestro de la escuela nos pidió escribir una redacción, cada alumno debía describir su casa y yo hice la descripción de mi casa. Parece ser que mi redacción era, según el maestro de la escuela, la más bonita. La leyó en voz alta y todo el mundo se rió de mí, decían: ‘Pero si eso no es una casa, si es un niño abandonado...’. En ese momento, sentí un gran vacío, una gran humillación. Enseguida me sentí tan extranjero, ¡ah, no!, la palabra no es lo bastante fuerte. Odiar Francia no es nada, es, más que odiarla, vomitarla, bueno... yo... el hecho de que el ejército francés, lo más prestigioso que había en el mundo hace 30 años, hubiese capitulado ante las tropas de un caporal austríaco, pues bueno, me hizo feliz”.

[Entrevista con Jabal Al-Hussein, 1 de julio de 1974]

Soledad

“Voy a hablarle brevemente de mi historia personal. Empecé por escribir cinco libros en la cárcel, podría decirse; no seis sino cinco. Y crear es hablar siempre de la infancia. Siempre es algo nostálgico. En todo caso, mi escritura y la escritura moderna, sobre todo. Usted sabe tan bien como yo o probablemente mejor, que la primera frase de toda la obra proustiana empieza así: ‘Durante mucho tiempo me he acostado temprano’. Cuenta su infancia y la narración de su infancia dura 1.500 páginas o más de 2.000. Ahora bien, yo empecé a escribir 30 años, a esa edad. Cuando dejé de escribir, tenía 34, 35 años. Pero se trataba de un sueño. O, al menos, sí, una ensoñación. Lo había escrito en la cárcel. Una vez en la cárcel, me sentí perdido. Y no me encontré en el mundo real hasta estar con estos dos movimientos revolucionarios: los Panteras Negras y los palestinos”.

-El Mundo

1 comentario:

  1. El sentimiento anti francés de sus hijos bastardos, es verdadero odio. Hoy los millones de anti franceses que viven en París, suscribirían la respuesta sobre Hitler. Genet un capo!!

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