Las mujeres tienen mejor aspecto vistas desde atrás, pero uno sólo las ve así al marcharse, cuando uno ya ha acabado con ellas, ¿y que interés pueden despertar entonces? ¿Por qué se empeña esta sociedad en que una mujer entre en una habitación con la cara por delante en vez de con el culo? Es otra de esas bizantinas complejidades civilizadas que hacen echar de menos la vida en la selva. -Thomas Pynchon
La página 676 de Contraluz -novela extraordinaria por donde se la mire- trae esta humorada. Debe ser leída en el marco del inteligentísimo juego paródico que propone el mejor escritor norteamericano vivo. Aquí, me parece que se mofa del Bardamú de Celine. De hecho, coloca el machismo rampante en boca de Piet Woevre, siniestro jefe de la policía secreta belga. Es uno de los mil personajes secundarios que enaltecen a las mil trescientas páginas, todos tallados con un amor y destreza sin par. Así describe a Woevre:
Piet Woevre, antiguo miembro de la Force Publique, cuya afición a la brutalidad, refinada en el Congo, le había parecido inapreciablemente útil a las fuerzas de seguridad de la metrópoli. En Bélgica, sus objetivos no eran, como podrían indicar los intereses periodísticos, tanto los alemanes como los 'socialistas', que era como decir eslavos y judíos. Sólo con ver por la calle el perfil de una levita más larga y holgada de lo que llevaría un gentil, ya sacaba el revólver. El parecía rubio, aunque el resto de su tez no era coherente con ese tono. Había indicios de que dedicaba mucho tiempo a su acicalamiento diario, que incluía carmín y una colonia no inequívoca. Pero Woevre era indiferente a la mayoría de las suposiciones y claves de la sexualidad cotidiana. Había dejado esas cosas muy atrás, en junglas desconocidas. Que los demás pensaran lo que quisieran; si tenía necesidad de algún tipo de expresión corporal, siempre podía mutilar o asesinar, y ya había perdido la cuenta de cuántas veces lo había hecho, sin la menor vacilación ni temor a las consecuencias.
Así se trabaja un párrafo, amigos. Como si la vida dependiera de ello. Así se distingue un escritor de primera categoría de la manada de mediocres que nos hacen perder el tiempo.
-Guillermo Belcore
Pensar que tuve Contraluz en mano y lo dejé pasar...me cacho en diez!!!
ResponderEliminarLo también lo hubiera dejado pasar, Lajack. Lamentablemente, no me encuentro con el estado necesario para encarar un proyecto de ese calibre. Ni tampoco otros de menor cuantía, ya que estamos.
ResponderEliminarPeter,Peter....no te me echés al pozo que acá ya somos muchos!!!!
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