domingo, octubre 17, 2010

Retrato robot

Bacon. Autorretrato. 1971
¿Cómo describir el rostro de un hombre por medio de fórmulas ciertas, de tal manera que pueda ser reconocido por cualquier persona? ¿Por cualquier persona, y por lo mismo por una máquina? ¿Cómo describir un rostro? La policía no sabe aún definir el rostro de un hombre en sus rasgos permanentes, aquello que permanece idéntico en él en la juventud y en la vejez, en la alegría y en la pesadumbre. La policía no sabe lo que es la imagen de un hombre. Y porque la policía no sabe qué es la imagen de un hombre, ni cómo describirla, quiere por lo menos medirla, traducir su imagen en cifras. (…) Los artistas matemáticos del Renacimiento trataron de representar los objetos en una perspectiva lineal: un cuerpo es reproducido en una superficie según las leyes de la geometría proyectiva. Eso anuncia el modo de representación fotográfica… Las imágenes eran entonces traducidas en valores numéricos, actualmente los valores numéricos son traducidos en imágenes. - Harun Farocki
De un ser humano, de un sospechoso, una computadora puede crear un retrato-robot por medio de aproximaciones características a partir del cruce de testimonios a menudo discordantes. Es una media. Ese tipo de ‘retrato’ objetivo desencadena un malestar: hay algo de inhumano, no se trata justamente de un retrato, es una envoltura inexpresiva porque los detalles verdaderos que hacen la vida, que hacen una vida, faltan. “La policía no sabe lo que es la imagen de un hombre” (¿quizás, a manera de compensación, es que los policías son pintores de domingo?): pero a la policía eso le tiene sin cuidado, porque aquello que busca no es una imagen verdadera, es justamente una imagen que pueda ‘reconocer’ el más amplio espectro de testigos, cada uno ajustándose a su idea, completando un contorno virtual en donde puedan proyectarse los recuerdos divergentes sin que el reconocimiento común se vea obstaculizado. Se trata de una comprobación: el retrato-robot es objetivo, no es un rostro, ni una expresión (falta forzosamente el hombre), es una combinación de parámetros variables, de rasgos caracterizados desde el exterior. El más pequeño común denominador. Es decir, exactamente lo opuesto de aquello que busca el arte de las variaciones, del cual habla Milan Kundera a propósito de los retratos de Francis Bacon:
(sigue acá)

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