jueves, octubre 14, 2010

Estupor y asombro

por Gustavo Valle

Autora gélida, de pasión fría, verbo metálico y mensaje despiadado. Categorías que suelen ser más útiles para pescar lectores que para entender la literatura de esta rara avis de la literatura europea contemporánea. Si miramos sus retratos veremos a una mujer de aire imperturbable y adusta elegancia, alguien que evita las entrevistas y en general la vida pública del autor contemporáneo.

Todo esto ha hecho de Fleur Jaeggy una autora inescrutable y enigmática, pero sus virtudes van mucho más allá de esa leyenda. Ella consigue –según Enrique Vila-Matas– en una sola página, y a veces en una sola línea, que se haga visible de golpe, a modo de repentina revelación, la estructura desnuda de la verdad.

(sigue en Ñ)

1 comentario:

  1. y ya hacer visible la estructura desnuda de la verdad no es poca cosa....Igual me parece que Vila-Matas puesto a escribir exégesis fuma demasiado.
    Me gusta Fleur Jaeggy, no la veo gélida sino al nivel de esas temperaturas capaces de suspender por un momento nuestra percepción climática, me saca de lo habitual que espero reconocer en mi modo de leer. Y sí creo que contiene un mensaje despiadado (si no lo contuviera lo suyo queizá quedara en simple virtuosismo).

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