Mediados de los años setenta, primeros ochenta. Italia era un polvorín. El laboratorio del mundo moderno. La vanguardia cultural y política. Plena guerra fría, los años de plomo. Palestinos e israelíes,
Han pasado 30 años y casi todos aquellos oscuros misterios siguen siendo eso: misterios. Mejor dicho, secretos que no han sido desvelados. Delitos, muchas veces gravísimos, por los cuales los culpables jamás pagaron, ni pagarán. "Un país sin verdad", dijo Leonardo Sciascia. Un agujero negro, diríamos ahora.
De aquel agujero regresó hace cuatro años, de la forma más inesperada, a través de un programa de televisión -el Quién sabe dónde italiano-, una dama que cabalgó a fondo aquellos años locos y sangrientos. La dama se llamaba, y se llama, Sabrina Minardi.
(sigue acá)
No hay comentarios:
Publicar un comentario