viernes, octubre 01, 2010

Disculpen si no se levanta

Experimentar con espacios mínimos es un desafío que periódicamente entretiene a los cineastas. Hitchcock, el más notorio, ambientó íntegramente en un bote salvavidas su célebre Ocho a la deriva. Un ascensor, en el que quedaban atrapadas cuatro personas, fue el asfixiante escenario de Peligro inminente, de Carl Schenkel (y también de un memorable sketch de Extrañas ocasiones, donde el sacerdote Alberto Sordi compartía elevador averiado con la voluptuosa Stefania Sandrelli durante un fin de semana muy, muy caluroso; recordemos, aprovechando el paréntesis, que otra comedia de sketches italiana, Señoras y señores, buenas noches, enclaustraba a Ugo Tognazzi en el retrete donde el actor defecaba).

[En Buried / Enterrado] Rodrigo Cortés es más valiente que Tarantino, quien durante varios minutos metió en un ataúd a la heroína de Kill Bill. El director español, sin embargo, mete en otro ataúd a Ryan Reynolds, pero durante hora y media bajo tierra, en sin duda el largometraje con decorado más reducido de la historia del cine, modélico récord Guinness.

Pues bien, ya tenemos el big concept, brillantemente ejecutado por una cámara que sabe plantarse con fluidez en cada rincón, cada ángulo del ataúd, y por una impecable fotografía que ha de iluminar las escuetas luces de un mechero, una linterna y un teléfono móvil.

Un ejercicio de estas características a uno se le antoja adecuado para un episodio de The Twilight Zone (o de Alfred Hitchcock presents, otra vez él: en uno de ellos, Breakdown, el mago del suspense ya enterraba vivo a Joseph Cotten). Pero Cortés, además del desafío digamos técnico, tiene los arrestos de confeccionar un filme de metraje estándar y el milagro se produce: el espectador queda clavado en su butaca desde el arranque hasta el desenlace sin que la angustia mengüe un solo instante.

Silenciamos prudentemente qué diablos le ocurre al muchacho para sufrir tan fúnebre peripecia. Señalemos únicamente que el viaje horizontal aquí propuesto tiene más sustancia de lo que su atrevido planteamiento podría hacernos intuir.

-Jordi Batlle Caminal, La Vanguardia

2 comentarios:

  1. La metáfora de quedar "clavado a la butaca" en un film semejante no me alienta demasiado. Pero promete.

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  2. Uy, sí, qué grasada. Disculpe, Lajack.

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